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ANDRES LANDERO

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Andrés Landero nació en San Jacinto, Su padre era el gaitero Andrés Guerra y su madre Rosalba Landero. En su hogar, el pequeño creció en medio de un ambiente musical. Desde los ocho años se acostumbró a visitar el monte y se aprendió los sonidos de la naturaleza, lo que después le ayudó a su vena artística como compositor. En 1950 comienza su trayectoria. Al mismo tiempo se hizo conocer como intérprete pues visitaba todas las festividades y corralejas que se realizaban en ésas poblaciones. Desde su juventud su habilidad era tocar acordeón. Su primer acordeón se lo compró a Pacho Rada. Instruido por Delia Zapata Olivella para hacer parte de su grupo de baile que emprendía una gira por Europa. También recuerda La hamaca grande, que compuso Adolfo Pacheco, ya que le hizo el arreglo y fue el primero que la interpretó.

Formó su propio conjunto y empezó a participar en certámenes donde resultó triunfador. Ha sido proclamado «Rey de la cumbia» en El Banco, Magdalena, «Rey sabanero» en Sincelejo, «Rey» en Arjona, Bolívar (1969) y «Rey del festival bolivarense del acordeón» (1968). Participó en cinco oportunidades en el Festival de la Leyenda Vallenata logrando dos segundos lugares y dos terceros lugares. Su primer conjunto lo integró con Eduardo Lora como cantante, Carlos Caro, en la guacharaca y José Tobías en la caja. Los viajes empezaron y Landero realizó giras a Venezuela, Panamá, República Dominicana y México. En este país, fue declarado «Rey de la cumbia».1

Contó con un sinnúmero de admiradores en Colombia y en el exterior, especialmente en los Estados Unidos donde las colonias de colombianos siempre estuvieron al tanto de sus presentaciones y grabaciones. Dentro de sus admiradores, que incluyen personajes de las artes y la literatura, también hay políticos importantes. Falleció de un infarto el 1 de marzo de 2000 en Cartagena de Indias tras ser hospitalizado en la misma ciudad

Andrés Landero fue el creador de mucha riqueza autóctona gracias a su integro, irreprochable  y acertado acercamiento con la cumbia más ortodoxa. Ha inspirado a toda una generación de creadores que incluso reflejan una visión musical más ecléctica y abierta. Con un sumario melódico como el suyo, se podría comprender en toda su amplitud el magnetismo y el ingenio en la composición rítmica.

Dieciséis años después de su muerte, sigue siendo la cúspide creativa de un séquito de nombres asociados al folclor del trópico, artífice de una de las eclosiones polifónicas que todavía hoy mantiene su latido en perfectas condiciones y, figura destacada e indicada a través de la que se puede valorar, con perspectiva histórica, todo sobre ese sincretismo musical de indígenas y negros esclavos de la Costa Caribe colombiana llamado cumbia

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